lunes, 27 de diciembre de 2010

Recuerdos de Navidad

*Este artículo es mi "Reflexión del Éxito" del boletín mensual "Alcanzando el Éxito #31" publicado en Diciembre, 2010 (haz click sobre el link para leer el boletín completo y suscribirte a el) en el sitio: www.exito-motivacion-y-superacionpersonal.com. Espero que lo disfruten.

===========================================================



La navidad era época del año que era fantástica e increíble. Siempre recordaré las cenas, la familia y los amigos, los regalos, decorar el árbol con mi mamá, hacer una tarjeta de navidad a mano para cada invitado, cantar villancicos mexicanos y "pedir posada" en español manteniendo vivas estas tradiciones al vivir en Australia y muchas cosas más que hacían de esta celebración algo muy especial.

Siempre recordaré que veíamos las películas navideñas que pasaban en la TV mostrando a los niños jugando en la nieve y haciendo hombres de nieve envueltos en gorros, bufandas, guantes y chamarras gruesas mientras nosotros en el hemisferio sur nos "cocinábamos" con temperaturas de hasta 40 grados ya que estábamos en pleno verano usando solo shorts y playeras. Siempre me da risa recordar esa escena tan incongruente.

Y como teníamos vacaciones de verano, nosotros, como la mayoría de las familias australianas nos refugiábamos del calor visitando a los amigos que vivían cerca de la playa y ahí esperábamos la llegada de Santa Claus – nuestras cenas/comidas navideñas eran deliciosamente frescas al incorporar muchas ensaladas, carnes frías y frecuentemente fruta y pasteles típicos como postre.

Al llegar a México a los 18 años, fui maravillado ante todas las costumbres y tradiciones decembrinas que hacen de la navidad un periodo mágico para cualquier familia mexicana – aunque muchas ya las conocía, simplemente el contexto no era el mismo.

Las posadas previas a la Noche Buena, los intercambios de regalos con los amigos, las luces en Av. Reforma y el Zócalo, y por fin, el frio...

Las cenas siempre se hacían en casa de mi tía y durante casi una semana antes de la gran cena las mujeres se reunían para preparar el bacalao, el mole, el caldo de camarón, el relleno del pavo, el jamón horneado, los romeritos y por supuesto, los diferentes postres. Y como mi tía compartía a sus hijos con su ex–esposo y se turnaban cenar en Noche buena un año cenábamos el 24 y el otro el 23 (estas eran las mejores cenas! ya que TODA la familia y muchos amigos venían ya que el 24 a veces tenían que repartirse entre sus dos familias. En estas cenas llegaban a reunirse hasta 50 personas repartidos en muchas mesas).

Cada familia crea y preserva una serie de tradiciones únicas a ellos las cuales son importantes que se preserven ya que son estas las que le dan identidad. En mi familia, siempre leíamos un pasaje de la Biblia, y acostabamos al Niño Jesús debajo del árbol; pero la mejor de todas era la "Guerra de pan" quien inició mi abuelo que la repetimos en su memoria cuando podemos reunirnos. Mi abuelo era el más travieso de todos y mientras todos comían la sopa, el "discretamente" preparaba bolitas de pan que compartía con los nietos y a su señal comenzaba la guerra que terminaba con bolitas de pan por toda la casa.

Los hijos crecieron, se casaron, formaron su propia familia y se mudaron a otra ciudad o país. Esas cenas ya son cosas del pasado pero ahora a cada nueva familia le toca crear sus propias tradiciones (pero la "guerra de pan" jamás morirá!) y de inculcar la magia de la navidad en el corazón de los hijos y sobrinos. Mi hija de 3 años apenas esta despertando ante lo bello que es la navidad y ya sabe que se tiene que portar bien para que le traigan regalos – aunque de este pacto que hizo con Santa solo se acuerda durante 3 minutos al día.

En lo personal se me había ido olvidando lo bonito que es la navidad. Me preocupaba por la presión financiera y el compromiso moral de "tener" que comprar regalos, me daba flojera decorar la casa, me molestaba oír todo el día canciones navideñas y me ofendía ver ofertas navideñas en las tiendas desde los primeros días de noviembre (o antes) – me estaba convirtiendo en un "Scrooge" (y no me gustaba).

Mi hijo había dejado de creer en Santa y los problemas familiares y económicos por los cuales pasaba no me ponían en un estado "navideño". Pero, ahora tengo la oportunidad de volver a vivir estas fiestas a través de mi hija y eso me emociona mucho.

Caray, si no nos podemos emocionar y ponernos feliz con la navidad, vaya que tenemos problemas – lo sé, porque yo mismo pasaba por eso y espero no tener que pasar por eso de nuevo.

La navidad se trata de estar juntos, de convivir, de abrazarnos, de decirnos lo tanto que nos queremos, de perdonar, de regalarnos más amor y menos regalos, de compartir una cena todos juntos y de volver a creer en milagros, en mejores tiempos y de terminar un año de la mejor para iniciar el siguiente aún mejor.

La navidad no solo es para los niños es para todos. Sí, mucha gente ha pasado por periodos difíciles, especialmente este año, sin embargo aquí seguimos y seguiremos.

Gracias por permitirme compartir mis recuerdos navideños con ustedes – quizás ustedes compartan los suyos con nosotros?

A cada uno de ustedes les mando un fuerte abrazo lleno de amor e impregnado con los mejores deseos de paz, alegría, reconciliación y felicidad.

Les deseo el mayor de los exitos.


Anthony W. Cooper
Creador y Administrador de www.E-M-SP.com

No hay comentarios.: