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Ya les había platicado acerca de un negocio que había iniciado hace 6 meses. Las personas me rentaban un espacio de un estacionamiento para ir a vender sus pertenencias que ya no deseaban.
Todo iba muy bien. Ya habíamos llegado a nuestra capacidad máxima de 165 lugares y estaba empezando a recuperar mi inversión inicial de aprx. $3,000 dólares. De repente las autoridades municipales, que obedecen más a los intereses de grupos establecidos que operan fuera de la ley y que ofrecen pagos por "abajo de la mesa", me avisan que mi licencia (la cual ellos mismos me dieron) ya no era valida y clausuraron mi negocio, dejándome en una situación económicamente precaria.
Todo esto se suscitó cuando un grupo de comerciantes que operaban cerca de ahí en días diferentes, vendiendo artículos diferentes no podían ver a otra persona hacer su lucha por emprender un negocio, ofrecer un servicio valioso y proveer para su familia de una manera distinta, honesta y ética.
Entonces, usaron sus influencias para intimidar y a través de sus relaciones con las autoridades para detenernos. Su envidia por nuestro éxito era demasiado y los efectos tóxicos de esta emoción humana se hicieron evidentes.
cangrejo Seguramente han escuchado la analogía de los cangrejos hispanos (pudieran ser de cualquier país latino, ya que desafortunadamente es una característica desfavorable de nuestras comunidades) y los cangrejos japoneses.
Cada grupo de cangrejos estaban en cubetas distintas y los cangrejos japoneses se ayudaban entre si, colocándose uno encima de otro para que los demás pudieran treparse y así lograr salir cada uno de ellos.
Sin embargo, los cangrejos hispanos actuaban de manera individual y cuando uno de ellos, por sus propios méritos estaba cerca de lograr salir, los demás fueron invadidos por la envidia y en vez de ayudarlo a escapar, entre todos lo jalaban de regreso al grupo, repitiéndose cada vez que uno intentaba salir.
La mentalidad de "Por que tu sí, y yo no" prevalecía y el ego, la envidia y una actitud mezquina dominaban el pensamiento racional y los hispanos se olvidaban de respetarse y de apoyarse para que trabajando juntos pudieran salir.
He vivido los efectos tóxicos de la envidia y es una experiencia muy desagradable. Por lo tanto deben de cuidarse de que a ustedes no les pase algo así, pero sobre todo que ustedes no caigan en la trampa de la envidia.
Usen ese sentimiento y canalicenlo de manera positiva para que sea una fuente de inspiración para alcanzar nuevos horizontes.
El envidioso es aquel que no puede ver más allá de los logros de los demás olvidandose por completo que el también tiene esa capacidad inherente de lograr eso y mucho más si se lo propone.
El envidioso es fácil de reconocer ya que por lo general se expresa de manera despectiva de aquellos que tienen y son más que el, tratando de convencer a los demás de que piensen igual – sin embargo afortunadamente no todos piensan así.
Recuerda que uno de los principios básicos de la aplicación de la Ley de Atracción es estar agradecido con lo que tienes porque eso te coloca en un estado mental positivo. Nunca lograrás ser y tener más si primero no agradeces lo que tienes, pero la envidia anula por completo esa sensación, provocando que atraigas más de lo mismo a tu vida – sentimientos de carencia (por eso sientes envidia ¿No es así?).
Consejo: Identifica los sentimientos negativos que surgen cuando alguien tiene, hace o es lo que tu deseas. Respetalo. Si puedes, ayudalo. Agradece lo que sí tienes (lo cual seguramente es mucho más de lo que tienen muchas otras personas) y pregúntate lo que tu debes hacer para que esa abundancia que deseas la puedas alcanzar gracias a tu esfuerzo y deseo inquebrantable de tener algo mejor.
Y no olvides perdonar a los que por su envidia te hicieron algún daño – vuelvan a leer la edición anterior de este boletín.
Les deseo lo mejor y sobre todo, una vida carente de envidia y resentimiento.
Anthony W. Cooper
Creador y Admin. de www.E-M-SP.com
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